06/08/2025 - Información institucional
Comer siguiendo una dieta saludable no solo mejora nuestra salud hoy, también lo hará en el futuro. Un estudio del Instituto Karolinska de Suècia, en el cual ha participado David Abbad-Gómez, investigador del Grupo de investigación en Epidemiología y Evaluación del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y miembro de la red de investigación en cronicidad, atención primaria y promoción de la salud (RICAPPS) del ISCIII, revela que las personas con una mejor adherencia a una alimentación saludable presentan un desarrollo más lento de las enfermedades crónicas.
El trabajo, que publica la revista Nature Aging, ha analizado el impacto de cuatro dietas diferentes en la acumulación de enfermedades crónicas en personas mayores, como medida de la multimorbilidad. El estudio siguió durante 15 años a más de 2.400 personas adultas de edad avanzada en Estocolmo, Suecia. Aquellos participantes que seguían las basadas en un consumo elevado de verduras, fruta, cereales integrales, frutos secos, legumbres, grasas insaturadas y una ingesta reducida de dulces, carne roja y procesada y mantequilla o margarina, tenían entre el 9 y el 19% menos enfermedades crónicas al cabo de 15 años.
David Abbad-Gómez
Al contrario, la cuarta dieta se caracterizaba por un consumo elevado de carne roja y procesada, cereales refinados y bebidas azucaradas y una ingesta más baja de verduras, té y café, es decir, proinflamatoria. Las personas que la seguían, "presentaban un riesgo más alto de desarrollar enfermedades crónicas, incrementando la carga de multimorbilidad al final del seguimiento", explica David Abbad-Gómez, que hizo el trabajo durante su etapa como médico residente de la Unidad Docente de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital del Mar, la Universitat Pompeu Fabra y la Agència de Salut Pública de Barcelona, i actualmente está realizando su tesis doctoral.
El efecto positivo se vio de forma significativa en las enfermedades cardiovasculares y neuropsiquiátricas, pero no en las musculoesqueléticas. En relación con la patología cardiovascular, el efecto fue más acusado en mujeres. Además, se observó que los beneficios de una de las dietas, especialmente en la prevención de enfermedades neuropsiquiátricas como la demencia o el Parkinson, eran más evidentes en las personas de más edad. "Estos resultados refuerzan la importancia de la alimentación en la influencia sobre el desarrollo de la multimorbilidad en poblaciones envejecidas y de promover hábitos alimentarios saludables, incluso en etapas avanzadas de la vida para reducir el riesgo de enfermedades graves y discapacitantes", añade David Abbad-Gómez.
Ahora, los investigadores quieren identificar las recomendaciones dietéticas que pueden tener un mayor impacto en la longevidad y los grupos de adultos de edad avanzada que más se pueden beneficiar de ellas.
Artículo de referencia
'Dietary patterns and accelerated multimorbidity in older adults', David Abbad-Gomez, Adrián Carballo-Casla, Giorgi Beridze, Esther Lopez-Garcia, Fernando Rodríguez-Artalejo, Maria Sala, Mercè Comas, Davide Liborio Vetrano, Amaia Calderón-Larrañaga, Nature aging, online xx 2025, doi: 10.1038/s43587-025-00929-8
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